Fuente: International Forum of Operational Risk Management - Paris
Título: New Generation of Risk Management
Fecha: Enero 2011
Autor: C. Smith
La
gestión del Riesgo ha sido una herramienta ampliamente utilizada durante los
últimos años siendo del Riesgo de Mercado y de Crédito los riesgos más
desarrollados. Sin embargo, tan sólo recientemente el Riesgo Operacional ha
sido incluido como un categoría medible independiente.
Existen
varias razones por las que las entidades financieras han mostrado un creciente
interés en relación a la gestión de los riesgos. Este interés viene estimulado
por:
- Razones económicas o de negocio, para poder gestionar los riesgos de una forma más adecuada.
- Razones de tipo regulatorio, al albur de las nuevas normativas existentes.
Si
bien, en un principio los diferentes tipos de riesgos eran gestionados de
manera independiente, a través de los modelos de Enterprise Risk Management, en la actualidad
se está dotando de una visión holística dicha gestión.
Para
proporcionar dicha visión holística, la comunidad dedicada a la gestión del
riesgo han desarrollado diferentes marcos de gestión del riesgo.
Desde
una perspectiva amplia, estas teorías presentan los siguientes atributos:
- Gobierno Corporativo
- Sistema de controles internos
- Recursos suficientes para implantar los controles internos
- Un proceso de gestión de riesgos
- Una clara definición de los factores que dan lugar a los riesgos.
- 1. Crear un órgano independiente, con suficientes recursos.
- 2. Han definido un política de Gobierno Corporativo
- 3. In Se han creado diferentes tipos de metodologías que identifican, analizan y monitorizan los riesgos.
- 4. Finalmente, para gestionar adecuadamente los riesgos y demostrar que el modelo interno está suficientemente empleado en la toma de decisiones de la compañía, se han establecido procedimientos adecuados de reporting.
Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, el autor llama la
atención sobre el hecho de que las crisis financieras han continuado golpeado a
las compañías, lo que hace preguntarse qué ha funcionado mal y qué necesita hacerse
para que esto no vuelva a ocurrir.
Por supuesto que la solución no dispone de una única
respuesta. Pero en opinión del autor no se trata de que los marcos de gestión
de riesgos no sean adecuados sino incompletos. El elemento que se echa en falta
es el relativo al elemento cultural, valores, comportamientos, actitudes, etc.
en relación al riesgo: es decir, el elemento humano.
En el pasado se ha pecado inocentemente al pensar que
proporcionando una mínima formación y estableciéndose los procesos bastaba. Si
bien eso es necesario, resulta insuficiente y el gran reto para en la próxima generación
de gestión de riesgos pasa por reactivar el elemento cultural y del
comportamiento humano.