Fuente: Clifford Chance Essay
Título: The role of the CRO and the Board
Fecha: Septiembre 2011
Autor: Clifford Chance
En el año
20120 la Comisión Europea publicó su Libro Verde sobre las instituciones financieras
y el gobierno corporativo. En el contexto histórico en el que se produjo, con
la crisis bancaria en pleno auge, parecía que las medidas iban encaminadas a
dichas entidades financieras y no a las aseguradoras.
Sin embargo, uno
de los mensajes principales contenidos en el Libro Verde tiene particular
importancia para las compañías aseguradoras.
Así, una de
las principales lecciones aprendidas de la crisis de los mercados financieros
es la necesidad de dar un impulso al estatus del Director de Riesgos. (Chief Risk
Officer, CRO). En este sentido la Comisión Europea estableció que el Director
de Riesgos debe tener al menos el mismo estatus que el Director Financiero,
aunque no se estableció ninguna demanda respecto a su participación en el
Consejo de de Administración. Es decir, se estableció como mínimo la
independencia del Director de Riesgos frente al Director Financiero, de forma
que pudiera reportar directamente al Director General.
Posteriormente,
en abril del 2011, la Comisión Europea volvió a publicar su segundo Libro
Verde, resaltando el tema de la gestión de riesgos y del gobierno corporativo.
Además, en el
entorno en que se lanzaban estos Libros Verdes, hay que tener en cuenta el
debate generado en torno a la remuneración, no sólo de los ejecutivos sino
también de los empleados de funciones clave. Lo que se pretendía era prevenir a
los ejecutivos y empleados de emprender acciones y tomar decisiones que supusieran
un riesgo no deseado por la compañía.
En Alemania,
la normativa del año 2009 relativa a la gestión de riesgos en las aseguradoras,
conocida como MaRisk VA (Minimum Requirements for Risk Management in Insurance
Undertakings) establece que los ejecutivos de las compañías de seguros son
responsables de asegurar la implantación y aplicación de una cultura de riesgos
desde la Alta Dirección a los empleados.
El objetivo
pretendido es incrementar la conciencia de riesgos y promover el diálogo
interno de la compañía en torno a la gestión de riesgos, dando lugar, en
general, a una mayor transparencia interna.
La situación
actual se puede resumir en que tanto la legislación europea como las
transposiciones nacionales han tratado tanto la gestión de riesgos como la
remuneración de empleados y ejecutivos.
El Libro Verde
de 2011 lo que viene a significar es que la discusión ya no está en la gestión
del riesgo sino en la determinación e implantación dentro de la compañía de un
role específico y en la cultura de riesgos (“Risk Governance”). En este sentido
se mueve también el borrador de la Directiva Omnibus II.
La manera en
que cada compañía establezca su “Risk Governance” dependerá de cuál sea su
estrategia corporativa. Por lo tanto, el tema de la cultura de riesgos debería empezar
a estar considerada dentro de las agendas de los directivos.
Junto con las
razones de índole regulatorio, existen otras razones puramente económicas que
se deben considerar para el establecimiento del “Risk Governance”.
Las compañías
de seguros realizan su actividad en el entorno de sinfín de riesgos: una creciente
creciente complejidad en el mercado asegurador, una mayor volatilidad de los
mercados, la aparición de nuevos riesgos como el de liquidez, etc.
La situación,
y no sólo la respuesta a la crisis actual, ha conducido a las compañías de
seguros a plantearse si existe un entendimiento suficiente, una transparencia
necesaria y requerida con relación a los riesgos, o respecto el apetito al
riesgo y la estrategia de riesgos.
Como conclusión,
el autor afirma que, frente a la casi exclusiva atención prestada por las
organizaciones al Pilar I de Solvencia II, la normativa europea se convierte
así en un aliado institucional para el nuevo role del Director de Riesgos.